Hace tan solo siete días volví a ver a un amigo que hacía muchos años no veía.
Llevaba deseando verle desde hace dos años, cuando tuve la oportunidad, pero luego por circunstancias de lejanía no pude a pesar de insistir de todas las maneras.
La primera impresión fue muy confusa, entre los nervios que tenía y las ganas de verlo.
Al verlo me entró la risa porque era totalmente diferente a cómo yo me lo había imaginado.
Su madre estaba muy cambiada pero me hizo mucha ilusión volver a verla, igual que describirle cómo recordaba su casa después de todo.
Cunado ya se me pasaron los nervios estuve muy a gusto.
Su habitación era como yo la recordaba con su pintura en la pared, dibujo que su madre le hizo a mano antes de tenerlo en casa, que por cierto me encanta. Tenía algunos posters nuevos y algunas otras cosas.
Hace un año le escribí una carta que acompañaba a un dibujo con nuestros nombres y cuando lo vi allí puesto en la pared junto a sus cosas me alegre muchísimo.
Estuvimos hablando, haciéndonos fotos y pasándonos canciones del móvil.
Fueron momentos muy felices que volveremos a repetir, espero que pronto.
Antes de marcharnos, nos llamaron para hacernos una sesión de fotos que resultaron muy bonitas.
Siento que todo esto es el principio de una bonita
amistad.